sábado, 16 de diciembre de 2017

Día 16 - De diamante a carbón


Mmmm...la decepción, ese es un sentimiento común al tratar con juegos de rol. Porque es lo que me suele pasar con la mayoría de los títulos, ya que a pesar de guardarles cariño en un primer momento como fue con la quinta edición de D&D o Numenera, mientras más los juego, sus carencias se me van haciendo evidentes hasta un punto en donde sigo usándolos por el hecho de que los conozco y no tanto porque me emocionen como juegos.

Hablando de juegos en su totalidad, en donde se considera el sistema y la ambientación, la verdad es que hasta la fecha no me encuentro ningún titulo que me complazca. Pero si me e topado con lo que en especifico exige la entrada, el ejemplo más reciente es la versión de RIFTS con el sistema de Savage Worlds. La combinación que en teoría suena genial, puesta en práctica se me hace tediosa y eso me pase porque aunque la ambientación de RIFTS siempre me ha llamado la atención por plantear una amalgamación de todas las fantasías adolescentes de los 80´s en un solo universo post-apocalíptico, pero el cambio de su horrible sistema original por el más sencillo SW no me atrapo y aunque si hace que el título sea jugable, te das cuenta que el sistema SW no era la mejor opción. 


No dudo que otros roleros hayan quedados satisfechos con la transición, pero en mi caso el título tan solo logro ilusionarme. Lo mismo me paso con Black Crusade, porque me emociono el juego con la idea de preparar a un grupo de marines del caos para invadir el imperio, pero el juego no se trata de eso, es tan solo un giro más oscuro del Dark Heresy, que se reduce a explorar, matar imperiales y pasarla todo el tiempo acuchillándose la espalda los unos a los otros....desilusiones...





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